José (68), un paciente que llegó a la clínica dental con ausencia de varias piezas dentales, además que los dientes que tenia ya sufrían un severo desgaste. No podía masticar y le avergonzaba sonreír.
Gracias al tratamiento de implantes dentales permanentes, se resolvió este gran problema.
Los resultados fueron que se perdió la vergüenza al sonreír y ahora puede masticar y disfrutar de sus alimentos.